19.10.11

¿Cómo saber si es una prueba que hay que pasar o si por el contrario es una señal que nos da la vida para advertirnos de que hay que cambiar?



Lo queramos o no, a nuestra vida llegan cambios, y de esos cambios, desconocemos la mayoría. Desconocemos a donde vamos, cómo vamos, por qué vamos, con quien vamos... Desconocemos qué haremos y cómo acabaremos. No sabemos si saldremos llorando o si saldremos con una sonrisa. El caso es que, llegan los cambios, y vamos. Avanzamos en la vida, día sí, y día también.
Pedaleamos sin saber exactamente por donde vamos, simplemente vamos. Y de vez en cuando nos cruzamos con otras personas por el camino.
Personas, que al igual que nosotras van caminando y cambiando.
Y a veces, nos toca cogerles de las mano y recorrer el mismo camino.
Muchas veces, cuando voy por la calle pienso en la cantidad de gente que me cruzo y que probablemente no me volveré a cruzar jamás. Pero ahí van, por su camino y su cambio.
El ser humano está diseñado para cambiar, aceptarlo y adaptarse.

Claro que llegan momentos de tristeza, de melancolía, de pensamiento, de reflexiones... pero por otra parte reímos, jugamos, bromeamos, saltamos, bailamos, cantamos...
Y todo esto no lo hacemos solos. Vivimos nuestra vida como podemos y con quien podemos/queremos, y en parte, no saber quienes son esas personas que nos acompañarán en nuestras vivencias de cambio, nos hace dar un paso hacia delante, o hacia atrás.
Conocer.
Esa es la clave. Conoces y conoces a gente allá por donde vas.
Y nunca sabes cómo va a acabar, pero la conoces.
El primer día preguntas por su nombre, y a las 4 semanas ya estás hablando de tus intimidades. Riendo, saltando, hablando, tocando, sintiendo, queriendo.

Hace un tiempo me propuse una noche cambiar y esa misma noche, supongo que la vida tenía otros planes para mí y no sólo me escuchó, sino que además, me obligó a cambiarlo todo.
Una semana atrás leí en una pequeña libreta una vivencia mía en el metro de Valencia, y decía que "total, en un año las cosas no cambian tanto". Y no. Cambian, vaya que si cambian. Y aunque al principio no nos guste, cambian para bien.
La vida sola te da señales para que te des cuenta de lo importante que es el cambio que estas viviendo, y para que lo aceptes.
Quizá con algunas cosas, nos está diciendo "Oye, cambia ya! no lo ves¿?" y aunque es difícil verlo, al final se acaba viendo.

Que difícil es romper con todo lo anterior, que difícil es dejar el 80% de tus cosas atrás. Pero por otra parte, es reconfortante hacer la maleta para una vida "nueva". No es fácil, pero no es una maleta normal, no.
Es una maleta a otra parte. A un cambio. A un cambio donde desconocemos a donde vamos, cómo vamos, por qué vamos, con quien vamos y qué vamos a hacer.
A veces, la vida nos pone pruebas, pero ¿cómo saber si es una prueba que hay que pasar o si por el contrario es una señal que nos da la vida para advertirnos de que hay que cambiar?


En cualquier caso, desde aquí quiero dar las gracias a Mamá, a Papá, a la Abuela, a mis tíos y a mis primos por darme un abrazo enorme y un beso al despedirme, y al llegar; a mis vecinos, por preguntarme que tal; a esas personas que aunque no lo crean, están ahí, por eso, por estar ahí; a las nuevas que he conocido, por darme la oportunidad de concerlas; y en especial a las personas que me acompañan las 24 horas del día en mi "nueva" vida y que pertenecen a ella, que se han hecho un hueco entre las comidas, las clases, las noches en pijama, las risas, las bromas, los abrazos y las borracheras (que ya han habido unas cuantas)







1 comentario:

LaHipi dijo...

Me gusta como piensas.
¡Bienvenida a la nueva vida Persona!

Como me gustaba despedirme : ¡Nos vemos en el campo! x3